Con la beldad me prendistes,
con la gracia me robastes,
con la bondad me feristes,
al punto que me mirastes.
De la prisión no recelo,
que de mi grado será,
ni por el robo me duelo,
pues en tal lugar está;
mas del golpe que me distes
con la bondad que mostrastes,
el más triste de los tristes
para siempre me tornastes.
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