me quedé recostado en
el sur
con el ceño arqueando
distancias y precipicios
abracadabra
repetí
por decenas
en los cristales empañados
la lengua de la burla
escribía desafío
y un duende
metía la magia
bajo los colchones
los pasteles del infierno
estaban fríos
y no sé quién preguntaba
por un plomero
abracadabra
repetí
y me quedé recostado
en los cristales
arqueando con el ceño
la lengua
de un duende
hasta
estrangularlo
en el su
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