Jorge Guillén

Jorge Guillén fue un reconocido poeta oriundo de España, nacido en Valladolid el 18 de enero de 1893 y fallecido en Málaga el 6 de febrero de 1984. En su juventud, se recibió de Licenciado en Filosofía y Letras y viajó por diversas partes del continente europeo. Fue en esa época que comenzó a escribir una obra que se reeditaría varias veces a lo largo de su vida, cada vez conteniendo más poemas: "Cántico". Además, dio a conocer sus primeras poesías a través de algunas revistas de interés literario. Durante aproximadamente seis años, trabajó como lector de español en una universidad francesa y, ya de regreso en su país natal, trabajó como profesor universitario en Murcia. A lo largo de su vida, ocuparía ese mismo puesto en varias partes del mundo, incluso en Norteamérica.
Guillén llevó una vida íntimamente ligada a las letras y su obra fue reconocida con premios de la talla del Cervantes, el cual recibió en el año 1976. De su producción poética destacamos los libros "Huerto de Melibea", "Las tentaciones de Antonio" y "Homenaje. Reunión de vidas". Además, contamos con algunas de sus poesías a continuación, donde encontramos "Cima de la delicia" y "Fuera del mundo".

Poemas de Jorge Guillén

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Jorge Guillén:

LAS DOCE EN EL RELOJ


Dije: Todo ya pleno.
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
Sonaron con amor.
Los verdes eran grises,
El amor era sol.
Entonces, mediodía,
Un pájaro sumió
Su cantar en el viento
Con tal adoración
Que se sintió cantada
Bajo el viento la flor
Crecida entre las mieses,
Más altas. Era yo,
Centro en aquel instante
De tanto alrededor,
Quien lo veía todo
Completo para un dios.
Dije: Todo, completo.
¡Las doce en el reloj!

PERFECCION


Queda curvo el firmamento,
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa,
A un sol en cénit sujeta.
Y tanto se da el presente
Que al pie caminante siente
La integridad del planeta.

CIMA DE LA DELICIA


¡Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
Se cierne lo inmediato
Resuelto en lejanía.

¡Hueste de esbeltas fuerzas!
¡Qué alacridad de mozo
En el espacio airoso,
Henchido de presencia!

El mundo tiene cándida
Profundidad de espejo.
Las más claras distancias
Sueñan lo verdadero.

¡Dulzura de los años
Irreparables! ¡Bodas
Tardías con la historia
Que desamé a diario!

Más, todavía más.
Hacia el sol, en volandas
La plenitud se escapa.
¡Ya sólo sé cantar!

DESNUDO


Blancos, rosas... Azules casi en veta,
retraídos, mentales.
Puntos de luz latente dan señales
de una sombra secreta.
Pero el color, infiel a la penumbra,
se consolida en masa.
Yacente en el verano de la casa,
una forma se alumbra.
Claridad aguzada entre perfiles,
de tan puros tranquilos
que cortan y aniquilan con sus filos
las confusiones viles.
Desnuda está la carne. Su evidencia
se resuelve en reposo.
Monotonía justa: prodigioso
colmo de la presencia.
¡Plenitud inmediata, sin ambiente,
del cuerpo femenino!
Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino?
¡Oh absoluto presente!

LOS NOMBRES


Albor. El horizonte
entreabre sus pestañas,
y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina

de las cosas. La rosa
se llama todavía
hoy rosa, y la memoria
de su tránsito, prisa.

Prisa de vivir más.
A lo largo amor nos alce
esa pujanza agraz
del Instante, tan ágil

que en llegando a su meta
corre a imponer Después.
Alerta, alerta, alerta,
yo seré, yo seré.

¿Y las rosas? Pestañas
cerradas: horizonte
final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.

MUERTE A LO LEJOS


Je soutenais l'éclat de la mort toute pure.

VALÉRY

Alguna vez me angustia una certeza,
Y ante mí se estremece mi futuro.
Acechándolo está de pronto un muro
Del arrabal final en que tropieza

La luz del campo. ¿Mas habrá tristeza
Si la desnuda el sol? No, no hay apuro
Todavía. Lo urgente es el maduro
Fruto. La mano ya lo descorteza.

...Y un día entre los días el más triste
Será. Tenderse deberá la mano
Sin afán. Y acatando el inminente

Poder diré sin lágrimas: embiste,
Justa fatalidad. El muro cano
Va a imponerme su ley, no su accidente.

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