País,
¿quién es feroz
sino tu niño acurrucado
en la pureza del desierto?
País, ¿quién ha quemado
tu carne de luz negra,
quién es el príncipe en tu fiesta
de rencores podridos por el sol?
Yegua sagrada
de los grandes vientos,
sé bondadosa y terrible,
¡oh roja! ¡oh despedázanos
y sangra
como una fuente de inocencia
a cada lado de un pueblo
y su miseria.
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