Yacen aquí los huesos sepultados
De una amistad que al mundo será una,
O ya para experiencia de fortuna
O ya para escarmiento de cuidados.
Nació entre pensamientos, aunque honrados,
Grave al amor, a muchos importuna;
Tanto que la mataron en la cuna
Ojos de invidia y de ponzoña armados.
Breve urna los sella como huesos,
Al fin, de malograda criatura,
Pero versos los honran inmortales,
Que vivirán en el sepulcro impresos,
Siendo la piedra Felixmena dura,
Daliso el escultor, cincel sus males.
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Muy dura la dama para el cincel de el escultor. Mató a la amistad recién nacida.
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