Cuando mis ojos miraron
de tu cielo los dos soles,
vieron tales arreboles
que sin vista se quedaron.
Mas por ciegos no dejaron
de seguir por sus destellos,
por lo que duélete de ellos,
que aunque te causen enojos,
son girasoles mis ojos
de tus ojos soles bellos.
Volver a Manuel Martínez de Navarrete
Excelente!... Hermoso!... es lo que necesito!... para bella dama!
enhorabuena a su autor!!
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