Yo edifiqué este amor.
Con fragmentos de oscuras inocencias,
con torpes esqueletos de caricias,
con harapos de sueños,
con astillas de heridas sin cerrojos,
con retazos de olvidos,
con silencios,
con este terco corazón obrero
enhebrando
una a una
las miradas
hasta llegar al beso.
Yo edifiqué este amor.
Me desollé las manos
y el alma
para hacerlo.
Desgarré la agonía de mis pieles
en el seco perfil de tus misterios,
en tu salvaje lluvia de raíces,
en tu escasa ternura,
en la eterna aspereza de tus miedos,
en el rencor marchito de tu zarza,
en la estirpe indomable de tus fuegos.
Yo edifiqué este amor.
Establecí mi sumisión descalza
como piedra y cimiento,
lo parí con la fuerza de la tierra
en la orilla de enero,
lo afirmé como hiedra a tus murallas
de aguijones sin tiempo...
y lo sostengo
a pura garra y dientes
entre racimos de cuchillos negros.
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NACE MUERTO
Rafael Mérida.-
ME ENCANTÓ EL POEMA ES MUY REAL Y LLEGA AL ALMA.. GRACIAS!!
wawww!! espectacular! me gusto mucho..
es muy sincero, directo y metaforico..
me encanta la verdad..
espero que sigas asi! cuidate!!
Saludos
Jaime García Alvarez
ME CONMOVIÓ MUCHO
El corazón no piensa, siente... y ama... a pesar de todo, no razona...
Tiene mucha fuerza y pasión, no creo que sea un "amor muerto", ni "insostenible"... Ahora, si resulta bien o no, es otro tema...
Mis sinceras felicitaciones para su autora!
Mirta
Grandioso el amor que construllo.
Es un placer leer tan bellos poemas, felicidades para su autora.
Felicidades por tan bello poema.
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