Las aves nicaragüenses se forman de los árboles:
de frutas enternecidas por la lluvia
de hojas suavizadas por el viento
de susurros que la savia amansa y pule en trinos.
Mi patria es entendida en vegetales
que cantan; en primaveras
que he besado; en frutales
que tú eres cuando me dices
desde el árbol -¡adiós!- con mariposas.
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