No me niegues que a veces,
al despertar,
quisieras refugiarte nuevamente
debajo de mis manos,
quedarte quietecita, apenas
respirando,
convertida en la misma huella
de la noche.
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No me niegues que a veces,
al despertar,
quisieras refugiarte nuevamente
debajo de mis manos,
quedarte quietecita, apenas
respirando,
convertida en la misma huella
de la noche.
Muy bonito tu poema me gusta, pequeñito pero muy efectivo.
felicidades.
Y es un calor no de sol, sino otro tiop de calor, un calor sentimental.
Es amor?
[email protected]
Pones mucho amor en él
Un saludo
Corto pero se expresa bien.
Muy bonito.
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