Da vergüenza estar sola. El día entero
arde un rubor terrible en su mejilla.
(Pero la otra mejilla está eclipsada.)
La soltera se afana en quehacer de ceniza,
en labores sin mérito y sin fruto;
y a la hora en que los deudos se congregan
alrededor del fuego, del relato,
se escucha el alarido
de una mujer que grita en un páramo inmenso
en el que cada peña, cada tronco
carcomido de incendios, cada rama
retorcida, es un juez
o es un testigo sin misericordia.
De noche la soltera
se tiende sobre el lecho de agonía.
Brota un sudor de angustia a humedecer las sábanas
y el vacío se puebla
de diálogos y hombres inventados.
Y la soltera aguarda, aguarda, aguarda.
y no puede nacer en su hijo, en sus entrañas,
y no puede morir
en su cuerpo remoto, inexplorado,
planeta que el astrónomo calcula,
que existe aunque no ha visto.
Asomada a un cristal opaco la soltera
-astro extinguido-pinta con un lápiz
en sus labios la sangre que no tiene
y sonríe ante un amanecer sin nadie.
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Gracias por compartir tan grato poema.
de antaño o moderno,
podrán tener compañía,
pasión y alegría,
más si al final ,
sólo queda,
un gran vacío es compañero...
Creo que al menos hay dos tipos de solteras:
Por convicción. (Decide ser soltera).
Porque no logró casarse. (Lo desea, pero, nadie llena sus expectativas).
Este poema, supongo, se refiere a la segunda.
Porque una mujer que decide por la soltería, no necesita un esposo para sentirse realizada.
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