Viento de ayer

Torcuato Luca de Tena

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¿Es tu hija, verdad? la he conocido
por la estrellas fugaz que hay en sus ojos,
la cabeza inclinada y la madera,
tan tuya, de mirar lleno de asombro.

¿Es tu hija, verdad? lo han presentido
-¡desde tan hondo-
unos vientos callados que dormían
bajo las aguas quietas, en el pozo
de los tiempos perdidos, donde guardo
las hojas que cayeron
de los sauces remotos.

Tiene luz en la frente
-tu misma luz-. Y el gesto melancólico.
Tiene el cuello tan frágil como tú lo tenías
y en el pelo los mismos
pájaros locos.
Tiene un viento de ayer entre los dedos,
y en el rostro...
tu firma escrita
con otra sangre
que no conozco.

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Comentarios1
  •  
    Raul Gonzaga La luz, la sabiduría resplandeciente, la conciencia espiritual, el fuego interior, el Kristho, el Krishna, se opone a la oscuridad, el egoísmo, la ambición desmedida, la esclavitud al Malo, a los bienes materiales: la luz una gota de agua que se expande en un río; la oscuridad, un remolino que todo se devora; pero que al caer al abismo puede rebotar y salir hasta la luz: si has hallado el camino de luz, síguelo y disfruto de su paz; si estás cayendo por un exagerado apego a los bienes materiales, no pierdas la esperanza; tal vez, más adelante, al rebote, contemples la luz que te salvará...
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