Nívea de fragancias y esperanza
nos despierta las ganas de vivir,
nos renace el amor y su latir
de versos, nos dona etérea danza.
Un dulce albor de vida se nos lanza
en primavera, sólo hay que sentir
la voz del Creador, y el alma abrir
a la estela de luz, que nos alcanza.
Nos retoña el amor entre las flores,
y las flores nos donan la alegría,
el gozo de los altos miradores.
Horizonte que nos renueva el día,
ante el animoso viento de amores,
que nos resucita en la poesía.
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