Jornada

Vilma Vargas

 Poema siguiente



Aquí quedó oscilando mi última furia.
Engullo cada mancha de la pared,
cada clavo.

Y me siento dueña de mi voz descolgándose,
palpo sus aristas y me quedo quieta,
absorbo su semilla y ya no se esparce.

Me tiendo sin una piedra o talismán.
Recorro el cuarto con los ojos abiertos:
no hay visiones,
sólo la noche que cae después del trabajo.

Ver métrica Poema siguiente 

 Volver a Vilma Vargas
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos