Aquí, en la Normandie
fui inmensamente infeliz
A la sombra de las vacas tomé un coche
-vagaré por estos mundos
tan extraños tan profundos-
Sentí miedo
por los verdes diluvios
los cisnes en los lagos
un camino serpenteante
-Lloraba en los brazos
de la Francia impenetrable-
Nunca más veré este cielo
ni estas vacas de tersas orejas
Les dije: adieu
rumien hermosas también
sus dulces sueños
del prado al establo
En el bosque
miré al cielo
donde Dios habita
mudo imperturbable
- Dios es bueno-
Las vacas mugían locas de miedo
Quise acariciar la pelambre de sus pechos
susurrar a las orejas tatuadas de metales
-registros sementales
fríos rendimientos-
Nada es puro
en esta noche
ni estos animales
-tontas vacas en las verdes colinas
pienso en ustedes
sin nostalgia
rumiando conmigo la última cena
Volver a Yolanda Pantin
gracias
entre una muchedumbre que se mueve
como una marejada humana humana
hay un animal divino que es la vaca
no se la comen , se beben la leche celestial
que es fuente duradera mientras esté viva
seguramente cuando sea vieja y esté seca
sea sacrificada secretamente y devorada con unción
será una muerte dulce y callada , sin ton ni son
Felicitaciones para eta poeta venezolana.
Rafael.
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