Poemas de Margarita Carrera
- Cabes en un rincón
- Canto a la escoba
- Como alguien desesperadamente solo
- Desde mi pequeña vida
- El niño
- La roca viva
- Madrugada
- Me lancé a tu nombre de hombre
- Nueva York
- Poemas para estos días de sangre (I)
- Salpra (1)
- Salpra (IV)
- Te he buscado en la entraña de tu nombre
- Tu casa
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Margarita Carrera:
Desde mi pequeña vida
Desde mi pequeña vida
te canto
hermano
y lloro tu sangre
por las calles derramada
y lloro tu cuerpo
y tu andar perdido.
Ahora estoy aquí
de nuevo contigo
hermano.
Tu sangre
es mi sangre
y tu grito se queda
en mis pupilas
en mi cantar mutilado.
Nueva York
La ciudad estaba allí
monstruosa y gigante,
desnuda en su piedra fría.
Toqué con mis lirios
su insondable aliento.
Nada. Nadie.
Volaban las almas
en su torbellino de dólares
y el tiempo
-centavo descalzo-
se desgranaba
en sangre suicida.
Nueva York distante y dura.
Central Park
rascacielos
y profunda soledad.
Como alguien desesperadamente solo
Como alguien
desesperadamente solo
sentado en el banco
de una plaza.
Como quien se ha detenido
en su indivisible susto
perseguido de ángeles
y demonios.
Así
el poeta
llora
y habla con Dios
como un maniático
y le cuenta
de la sangre
y del alba.
Habla con los sordos
en su lenguaje mudo
y con las ratas miserables
de la ciudad ensangrentada.Madrugada
Has recorrido
en madrugada insomne
cada uno de tus infiernos.
Callas. Vociferas
y callas
en tres tiempos
que son uno
en trinidad
de absoluto silencio.
Te desdices
y te acabas
lentamente y lentamente.
Eres pasto
de un Dios ciego
que te roe
en seco sabor de hueso.Poemas para estos días de sangre (I)
Todo listo:
el odio
el rifle descarado
y la risa del maldito.
Todo dispuesto:
Dios
con su banderita de venganza
y su trompeta
fría de silencio.
Cuerpos
sangre
gritos
y luego la metralla,
Eso es.
Y sangre.
Venid, ahora, vosotros
a ser cómplices
como el árbol y la flor
mudos de espanto.
Por un momento dejad vuestra tibia carreta
de quejumbrosos bueyes tristes.
Venid:
es sangre
nada más.
Sangre.
Y cuerpos destrozados.
Nada más.
Ya podéis seguir vuestro paso tranquilo.Cabes en un rincón
Cabes en un rincón
detrás de la puerta
del olvido.
Ahí te acurrucas
una y otra vez
cumpliendo tu destino.