Poemas de Hilario Barrero
- Barnices
- Bleistifte höchster Qualität
- Boca de Lobo
- Carbones
- Carrozas
- Cementerio en New Hampshire
- Código
- Cors e cor"
- Early Sunday Morning
- Easter Sunday en Coney Island
- Estatua
- Foto en la universidad de Columbia
- In tempore belli
- Jardín
- La última mirada
- Laberinto
- Lunes, madrugada
- Miradas
- Piedra
- Plaga
- Postdata
- Pregunta
- Razón de vida
- Retraso
- Sabotaje
- Sangre
- Seize el día
- Signo
- Subjuntivo
- Tentaciones
- Visitante
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Hilario Barrero:
Subjuntivo
Y tener que explicar de nuevo el subjuntivo,
acechante la tiza de la noche del encerado en luto,
ahora que ellos entregan sus cuerpos a la hoguera
cuando lo que desean es sentir el mordisco
que tatúa con rosas coaguladas sus cuellos ofrecidos
y olvidarse del viejo profesor que les roba
su tiempo inútilmente.
Mientras copian los signos del lenguaje,
emotion, doubt, volition, fear, joy...,
y usando el subjuntivo de mi lengua de humo
mi deseo es que tengan un amor como el nuestro,
pero sé que no escuchan la frase
que les pongo para ilustrar su duda
ansiosos como están de usar indicativo.
Este será su más feliz verano
el que recordarán mañana
cuando la soledad y la rutina
les hayan destrozado su belleza,
la rosa sin perfume, los cuerpos asaltados,
ajadas las espinas de sus labios.
Pero hoy tienen prisa, como la tuve yo,
por salir a la noche, por disfrutar la vida,
por conocer el rostro de la muerte.
Jardín
Facilius in morbos incidunt
adolescentes, gravius aegrobant,
tristius curantur.
De Senectute, Cicerón
Del esplendor de entonces nada queda.
La nieve ha silenciado el fuego del jardín,
las rosas bautizadas por la hermosa mirada
del jardinero muerte, convirtieron su esencia
al deseo pagano, apóstata la espina de su agua.
La casa se reviste de polvo venenoso
y la hierba del ocio florece entre la plata:
una lengua de ruina lamiendo los retratos.
Se acerca a la ventana lentamente
y descorre el visillo que tiembla polvoriento,
mira el jardín helado y maldice su suerte.
Siente un puño de sangre entre sus venas,
una rosa de ira entre su pecho,
un tiro entre la nuca despejada
y cierra la ventana para siempre.
De espaldas al jardín la luz es una gasa
que le ciega su firma y su palabra
abriéndole una deuda con la vida.
Tan sucio está de soledad y barro
que ya no ve la rosa del verano
que sentencia con fúnebre perfume
su desahuciado nombre en la navaja.
La azada de su sexo ya oxidada
no llegará a estrenar la primavera.
Cors e cor"
Para Susana Reisz
...es un querer saber todo lo tuyo
X. Villaurrutia
Lo más que acertarán,
después de haber sabido de este amor,
será que hubo dos nombres que se amaban
mordisco y dentellada, nieve y niebla floridas,
dos cuerpos belicosos en constante batalla por ser uno,
tu pupila cazando mi cadera,
asaetando con su flecha de líquen
el torso acorazado de mi gozo;
otros envidiarán la urna de tu noche,
el rosetón de tu mirada en fuego,
tus medidas, el filo de tus uñas,
la lenta madrugada de tu fusta;
los menos tratarán, gozosamente,
de dormir nuestra siesta anárquica y salvaje,
copiar nuestras posturas, nuestros ritos y acentos,
usar nuestros juguetes, oler la primavera de tu ingle
y entrar en el recinto amurallado
después de resolver los códigos sagrados de tu sangre.
Todos ignorarán mi miedo de perderte,
de esta incesante lucha por poseer tu espacio,
ser dueño de tu boca, perro fiel de tu tumba,
propietario del bosque de tu pecho
y depender de ti, esclavo de tu aliento,
devoto siervo de tu antiguo nombre,
molde para tu oro, tierra para tus flores de cilicios.
Y así, mientras ahondas los muros de mi boca
con la lenta carroza de tu lengua,
saliva enajenada, plomo que me envenena la garganta,
y me unges con el óleo caliente de tu muerte,
unido al arbotante de tu piedra
ser el arco sumiso que defiende tu ojiva.
Pregunta
En la mañana
la luz hablaba a gritos,
la sombra muda.
En el atardecer
el miedo a reflejarse
sin saber
si es la sombra del cuerpo
la que quema
o es el fuego del alma
que se extingue.
Ya con la oscuridad te haces la pregunta
que no tiene respuesta:
¿Ha sido siempre la sombra tan pesada?
Noche clara del cuerpo.
Barnices
Ahora ocultas con cremas
y ungüentos extranjeros
las heridas que el tiempo
ha dejado en tu cuerpo
y muestras orgulloso
las oscuras y densas cicatrices del alma.
Se ve que eres novicio
en el arte de tal ocultamiento
e ignoras que es difícil esconder la vejez,
que las arrugas se ven aunque tapadas
como también se ve la decadencia,
la sombra por tus ojos
y el delicado olor a viejo que nace de tu aliento.
A nadie le interesan las lesiones del alma
si el cuerpo apuntalado carece de equilibrio.
Miradas
La niebla empaña mi mirada
y al pasar por el lago
ve dos cisnes felices
que escriben en el agua
un mensaje secreto
con mala ortografía y tinta seca
que yo puedo leer y tú no puedes.
Tú crees que son dos patos
que volando hacia el Sur
hacen tiempo en el lago
cebándose de pan
que les dan los vecinos.
Dentro de poco ya no estarán
mis cisnes ni tus patos,
yo seguiré nublado con la niebla
y tú verás más claro cada día.